Sacaleches
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Sacaleches ¿ Aliado o enemigo? Lo que debes saber

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¡Mitos fuera! ¿Te has fijado alguna vez en el movimiento peculiar que hacen los bebés mientras succionan el pecho? Un movimiento rítmico y perfectamente coordinado. A eso le llamamos movimientos peristálticos de la lengua. Son movimientos innatos que forman parte del reflejo de succión del bebé y ningún aparato mecánico es capaz, al menos de momento, de reproducir esos movimientos perfectos que realiza el bebé para extraer la leche de la glándula mamaria.

Por eso, es importante que las mamás cuando van a comenzar a utilizar el sacaleches, comprendan que el trabajo que realiza un bebé mamando directamente al pecho no se parece en nada, ni es significativo, respecto a la cantidad de leche que llegue a extraerse con una bomba mecánica, y que no se puede equiparar a la cantidad de leche que el bebé pueda estar ingiriendo. El bebé es un auténtico experto extrayendo leche. Y si se queda hambriento, te lo hará saber.

Cuando tras el paso de los minutos no vemos subir la marca en mililitros de leche extraída… ¿Qué ocurre? ¡Saltan todas nuestras alarmas! Esto no es algo aislado, es algo que nos preocupa a todas en algún momento u otro y nos puede llegar a traer por el camino de la amargura a la mayoría. Yo a eso lo llamo síndrome de la “teta-biberón“. Tal vez sea un defecto en nuestra arquitectura fisiológica, pero de momento nuestros pechos no tienen marcas medidoras de capacidad, y en realidad no son necesarias.

Entonces, ¿qué es lo que ocurre?

  • Ocurre que nos ponemos nerviosas.
  • Ocurre que al ponernos nerviosas nuestros niveles de adrenalina se incrementan.
  • Ocurre que al incrementar nuestros niveles de adrenalina, los niveles de oxitocina se inhiben.
  • Ocurre que efectivamente, al verse inhibidas dichas hormonas, la cantidad de leche extraída es menor.
  • Ocurre que nos ponemos más nerviosas… Y volvemos a empezar el círculo vicioso.

Y entonces, ¿qué hacer?

¡Fuera expectativas! No te pongas metas y piensa que cada mililitro que logres extraer es muy valioso. Relájate, elige un momento y un lugar en el que estés tranquila. Si ves que la leche no fluye, ¡no pasa nada! Estás estimulando tus pechos igualmente. Piensa que puede haber mil razones por las que en ese momento no sale apenas la leche:

  • Acabas de salir de un momento de estrés.
  • Ahora que por fin “paras”, esos problemas que están dándote la lata últimamente vuelven a tu cabeza y la preocupación se apodera de ti.
  • Estás cansada tras una larga jornada de trabajo.
  • Incluso, estás en el trabajo extrayéndote y en lo único que piensas es en lo incómoda que estás ahí…

Éstas y otras cientos de miles de razones pueden estar influyendo. Recuerda que amamantar es un acto que nos aporta tranquilidad, en el que todos nuestros sentidos están puestos en el bebé, en mirarnos, en sentirnos,… Al sacaleches también lo puedes mirar y admirar, pero a nivel hormonal es muy posible que no despierte en ti los mismos instintos ? . Que tengas una prenda de tu bebé, una foto vuestra, que pienses en él,… Pueden parecer tonterías, pero realmente no lo son en absoluto.

Aparte del lado emocional y muy relacionado con eso, está el tipo de extractor que estás utilizando. La talla del embudo, ¿es adecuada a tu pecho? Mil mujeres que veas, mil pechos diferentes que podrás observar. Por ese motivo, asegúrate de que estás utilizando una copa adecuada. Si las extracciones van a ser esporádicas un extractor manual o eléctrico simple puede ser suficiente. Si las extracciones van a ser (muy) regulares, mi recomendación es que te decantes por una bomba doble. Ganarás mucho tiempo.

Sacaleches

 

La extracción no debe de ser dolorosa en ningún caso. Para saber si la copa de tu extractor es adecuada, la mejor forma es probarlo con el extractor en marcha. Pero si antes de empezar a usarlo ya observas que tu pezón no alcanza la parte estrecha del embudo, o al contrario, el embudo atrapa no sólo el pezón, sino también parte de areola, o el pezón entra en el embudo, pero queda atrapado… Entonces amiga, ¡no lo dudes! ¡Ésa no es tu talla! Aparte de hacerte daño (o no), es muy posible que las extracciones que estás realizando con ese sacaleches no sean demasiado efectivas. Y este aspecto es otra pieza más a sumar en el círculo vicioso que comentaba anteriormente.

A medida que te vayas familiarizando con el extractor, que vayas interiorizando y normalizando “como rutina” las extracciones, y éstas dejen de suponer para ti una carga física y emocional, verás que irás logrando mejores resultados.

En cualquier caso y siempre teniendo presente que…

¡El sacaleches, NO ES TU BEBÉ!

 

Fuente: elrincondemixka.com/